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Los desafíos y los obstáculos que enfrentan los artistas y las instituciones del contexto latinoamericano en relación con el arte como una actividad crítica

Gracias Sandra y Eduardo por sus intervenciones. He pensado en esta conversación a menudo durante el tiempo que he estado ausente de eflux pero presente en las manifestaciones en Nueva York. También estoy siguiendo las noticias que salen de México. Lo que cuenta Eduardo de la mobilización de los estudiantes de la Esmeralda es impresionante, y a mis juicios cuadra con lo que está sucediendo por acá. Es decir, los jóvenes son los protagonistas de las nuevas protestas y llegan a las calles con mucha energía creativa. He visto tantos carteles poéticos, imágenes impresionantes, acciones perfórmicas (die-ins, o sea muertes simuladas) en la estación de trenes de Grand Central y en las grandes tiendas de lujo de Manhattan, gestos de solidaridad de parte de los deportistas que en vez que hacerle publicidad a Nike con logos en sus uniformes se visten con camisetas que llevan referencias a los víctimas de la violencia policiaca. Pero en general, los artistas guardan el silencio. Hubo acciones en las afueras de la feria de Miami-Basel pero dentro de las ferias, parece que no pasó nada. Yo sí creo que los museos podrían servir en momentos críticos pero lo que nos falta por acá es una visión lúcida y unas buenas propuestas. Por cada burócrata conservador hay otro atrevido - hay que buscarlos. Durante la crisis del SIDA en los 80 muchos artistas se dedicaron a la creación de intervenciones en los espacios museográficos que abordaban el tema y subrayaban el impacto de la enfermedad en la comunidad artística. Pienso en el proyecto de Group Material por ejemplo, A Day Without Art (Un día sin el arte) que todavía se practica en algunos lugares. Pero en aquel entonces los artistas se identificaban con la crisis porque afectaba a tantos miembros de la comunidad - ¿sera que estamos ya tan distanciados que no podemos identificarnos con una situación trágica que afecta a otros? La semana pasada estaba en una cena/reunión con varios artistas afro-americanos en donde supuestamente teníamos que hablar del tema de la pos-negritud y cuando se planteó el tema de las protestas actuales algunos artistas dijeron que sentían que a nadie le importaba lo que ellos pensaban, otros decían que no sabían como reaccionar, o sea si había que hacer una exposición o que, y otro admitió que su galerista le dijo que a los ricos no les importaban sus problemas. Sinceramente estaba estupefacta, no podía crear lo que escuchaba – el narcismo y la falta de capacidad de pensar en unos sucesos que dominan nuestra realidad en este momento pero que no representan una oportunidad para un artista de hacerse la figura central del fenómeno.

Otra cosa que ocurrió hace poco que me pareció relevante es que el New York Times, el periódico más importante de la cuidad, decidió pedirle a varias personas sus opiniones sobre las protestas para la sección titulada Espacio para el debate. Me llamaron para que diera mi contribución. La pregunta que nos hicieron fue muy tendenciosa- o sea, querían al principio diferenciar entre las protestas de Occupy Wall Street y las actuales diciendo que Occupy era más violenta, y que las protestas de ahora son espontáneas. Me pareció muy nefasto por parte del periódico el tratar a las protestas de esa manera - es decir - que trataba de dividir para conquistar, caracterizar como espontáneas a las protestas que provienen de negros pobres (porque los pobre no saben reflexionar, solo reaccionan) y las protestas de los jóvenes blancos de clase media tienen que ser vistas como berrinches anárchicas. Enfín, hice lo que pude para cambiar los términos de las discusión, mostrando que había mucha gente del movimiento Occupy que están ayudando a los activistas de Ferguson, pero no me voy a olvidar de esa visión original del periódico. (Aquí pueden leer mi intervención: http://www.nytimes.com/roomfordebate/2014/12/15/what-does-the-style-of-a-protest-say-about-a-movement/the-latest-protests-are-similar-to-the-occupy-movement)

En cuanto a lo que mencionó Sandra con respeto a la bienal de Venecia, solo quisiera decir que muchos artistas de muchas nacionalidades quedan sin financiamiento cuando son invitados a Venecia. El pabellón estadounidense está subvencionado pero todos los otros americanos que participan en la bienal en el Arsenale y en otras exhibiciones laterales tienen que invertir su propio dinero o buscar apoyo por su cuenta. Realmente, no creo que no ayuda llorar que nos tenemos que someter a nuestros patronizadores porque no hay opciones. Si la imaginación nos sirva para algo es para inventar maneras de crear que no son sumisas, con o sin dinero, con o sin apoyo. Si no desarrollamos un discurso crítico que nos ayuda a entender las presiones reales que nos afectan, no podemos desarrollar mecanismos para negociar con los sistemas de poder. Entonces nos quedamos con el lamento o el fatalismo - que no hay dinero, que no tenemos oportunidades si nos arriesgamos, etc.